Las hormonas favorecen el correcto funcionamiento del organismo. Cuando alguna presenta valores anormales, inevitablemente se altera el sistema y se presentan síndromes delicados que ponen en riesgo la salud. Tal es el caso del Síndrome de Cushing.
Un exceso de la hormona cortisol, producida por la glándula suprarrenal, provoca el desarrollo de esta patología.
El objetivo principal del cortisol, es proveer de glucosa (azúcar) al cerebro. Al registrarse un nivel elevado, no solo se generan desordenes metabólicos, sino que además se produce una excesiva acumulación de grasa en distintas partes del cuerpo, que da paso al Síndrome de Cushing.
El trastorno puede ocasionar obesidad, variaciones en la piel, hipertensión arterial, alteraciones psíquicas y osteoporosis, entre otras afecciones.
La causa del aumento del índice de cortisol, llamada también “hormona del estrés” (pues se ha comprobado que se eleva con la ansiedad), clasifica al Síndrome de Cushing en dos tipos.
Uno de ellos se origina por la exagerada ingesta de medicamentos glucocorticoides como prednisolona, dexametasona y prednisona. Generalmente, estos fármacos forman parte de algún tratamiento para controlar y curar cáncer, inflamación de la piel, problemas en los intestinos, asma y artritis reumatoidea, entre otras.
El otro, ocurre cuando el cuerpo produce demasiado cortisol, debido a una falla de las glándulas suprarrenales. La irregularidad puede ocurrir por la presencia de un tumor.
Los síntomas del Síndrome de Cushing
Aunque algunos pacientes no presentan síntomas, quienes padecen el Síndrome de Cushing suelen evidenciar una acumulación de grasa en la zona del tronco, no así en el resto del cuerpo como brazos, glúteos y piernas, y su cara se torna roja y redonda (conocida como cara de luna llena). Los niños no se desarrollan con normalidad (son pequeños para su edad) y reflejan manchas de color púrpura o estrías en la piel.
Los dolores en los huesos y músculos también son característicos del Síndrome de Cushing. Las zonas más afectadas son las costillas y la columna vertebral. Expertos señalan que estas molestias ocurren porque los huesos adelgazan y los músculos se debilitan. La situación eleva el riesgo de fracturas espontáneas, principalmente en aquellos individuos que adicionalmente sufren de osteoporosis.
También son constantes los dolores de cabeza, fatiga, aumento de la sed y ganas de orinar, hipertensión y acné.
Mujeres y hombres
Además de los síntomas descritos, hay otros que aparecen según el género del paciente con Síndrome de Cushing.
A las mujeres les crece abundante vello en el abdomen, pecho, muslos, cuello y cara. También sus períodos menstruales se vuelven irregulares. Mientras que a los hombres les disminuye el deseo sexual y, por ende, mantienen pocas erecciones. Igual se presentan trastornos emocionales y del comportamiento como ansiedad, depresión, entre otros.
Es importante que si se presentan estas señales se acuda al médico, quien le practicará diversos exámenes físicos y de laboratorio para llegar a un diagnóstico que confirme o no la presencia del Síndrome de Cushing.
Entre las evaluaciones indicadas están medir los niveles de cortisol en la sangre y en la saliva, determinar la glucemia y realizarle un examen de orina. Si hay sospecha de que el origen es suprarrenal, el tumor se puede ver mediante tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y ecografías de las glándulas suprarrenales.
Tratamiento del Síndrome de Cushing
Una vez confirmado el Síndrome de Cushing y determinado su tipo, se elegirá el tratamiento a aplicar. Cuando la enfermedad se presenta por consumo de corticosteroides lo primero que ordenará el especialista es disminuir poco a poco el tratamiento. En caso de que sea imposible, entonces hay que controlar las dosis de los medicamentos para así disminuir los síntomas relacionados con el Síndrome de Cushing.
Si el Síndrome de Cushing es producido por un tumor hipofisario u otro que segregue corticotropina, es urgente extirparlo, aplicar radiación y luego de la cirugía (si es requerida), reemplazar el cortisol de por vida. Sólo así será posible obtener resultados satisfactorios.
También existe un tratamiento farmacológico, que suele emplearse antes de acudir al bisturí y el cual ayuda principalmente a reducir las molestias causadas por el síndrome. Estas drogas son el ketoconazol y la metopirona.
Aunque es una enfermedad bastante seria, no hay que alarmarse a priori. Se ha comprobado científicamente, que un paciente que ha sido sometido a la remoción de un tumor de este tipo (generalmente benigno) tiene todas las probabilidades de tener una recuperación eficaz. No obstante, el punto negativo es que el Síndrome de Cushing puede reaparecer en un tiempo estimado de 10 años.
Lo más adecuado es permanecer en contacto con el médico tratante a fin de mantener a raya esta patología que sin duda, interfiere con la calidad de vida del individuo que la padece y de sus familiares. Dejar para luego la atención especializada y el tratamiento puede ser una decisión fatal. Es necesario estar calmado y asumir una actitud positiva ante la enfermedad.
Deja un comentario