Es probable que en algún momento te hayas topado con personas consideradas “ermitañas”, por su estilo de vida solitario y su persistente afán por acumular objetos que, rara vez, les son de utilidad. Con frecuencia son criticadas o cuestionadas por su aspecto descuidado, su antipatía, su falta de higiene y su aislamiento, pero lo que pocos conocen, es que esa extraña conducta va más allá de un simple estilo de vida. Es la consecuencia de un trastorno denominado Síndrome de Diógenes, que explica el comportamiento de buena parte de los individuos que demuestran una negligencia absoluta por su cuidado y el de su entorno.
Sin importar que tanto dinero o educación posean, los afectados por el Síndrome de Diógenes habitan en la miseria, rodeados de desperdicios. Su diagnóstico puede pasar inadvertido, pues para algunos es reflejo de descuido, desaseo, falta de higiene y desapego, pero realmente es mucho más que eso. Quienes padecen el Síndrome de Diógenes necesitan ayuda psiquiátrica, pues se trata de una enfermedad asociada con la presencia de trastornos obsesivo-compulsivos, demencia y depresión psicótica. Es más frecuente en adultos, mayores de 65 años, con mayor incidencia en mujeres que en hombres. También suele desarrollarse tras episodios emocionales severos como la pérdida de un familiar cercano.
Los pacientes con Síndrome de Diógenes pueden representar un peligro para la sociedad, ya que su extremo interés por el acopio de objetos y basura en su propiedad, puede desatar una emergencia sanitaria, debido a la aparición de insectos, ratas y demás animales transmisores de enfermedades.
Causas del Síndrome de Diógenes
El Síndrome de Diógenes empezó a estudiarse clínicamente en los años 60, debido a la proliferación de casos de personas que se encerraban en sus viviendas y evitaban el contacto social sin ninguna razón aparente. El nombre se le dio en 1975 en honor a un filósofo griego llamado Diógenes de Sinope (siglo IV aC) que, según cuenta la leyenda, habitaba en una tinaja rodeado de perros y se cubría sólo con una sucia capa desgastada. Aunque en infinidad de textos aparece como la más clara referencia de esta patología, hay quienes aseguran que su proceder y austeridad no describe por completo los alcances de este mal, que se caracteriza principalmente por la aglomeración de basura, desechos y hasta dinero, la mayoría de las veces sin conciencia de ello.
Los afectados por el Sindrome de Diógenes también muestran deterioro físico, sentimiento de derrota, rechazo, inseguridad, resentimiento, soledad y otros síntomas que desatan problemas psicológicos y desavenencias con sus parientes o vecinos. Es sin duda una enfermedad mental que induce hábitos que provocan afecciones somáticas que ameritan tratamiento y hospitalización urgente. El mayor problema, es que los pacientes se encierran tanto en su propio mundo, que es casi imposible poder ayudarlos. Muchos son hallados muertos en el interior de sus viviendas y poco más del 40% fallecen aun después de ser ingresados en un hospital porque presentan malnutrición, anemia, descompensación, dificultades respiratorias y cardíacas, molestias digestivas y otras complicaciones.
tratamiento para el SÍNDROME DE DIÓGENES
Ese vecino de “comportamiento extraño” jamás admitirá su problema. Su misma condición se lo impedirá, ya que para él su conducta es normal. Por ello, sus familiares deben estar alertas ante la presencia de cualquiera de los signos vinculados con el Síndrome de Diógenes. Aunque existen métodos psicológicos para contrarrestar los síntomas emocionales, generalmente se le da más importancia a los tratamientos farmacológicos para evitar complicaciones médicas relacionadas con los comunes estados de malnutrición e higiene.
Una buena opción es la reclusión del enfermo en una institución geriátrica en la que reciba apoyo psiquiátrico y atención médico especializada. Si se rehúsa a salir de casa, es fundamental que permanezca acompañado. También se debe limpiar y desinfectar el área, procurando el desmontaje de muebles y la fumigación para el exterminio de animales.
Indistintamente de la condición, la mejoría de las molestias y conductas originadas por el Síndrome de Diógenes, dependerá de la detección temprana de posibles patologías asociadas como depresión, delirios crónicos o demencia senil. Allí puede estar la clave para una completa recuperación. En los casos extremos, conviene realizar un seguimiento crónico, visitas domiciliarias y atención de servicios sociales.
¿Enfermedad o estilo de vida?
Quienes sufren del Síndrome de Diógenes no están conscientes de su problema y suelen oponerse a cualquier tipo de ayuda social. Con el tratamiento adecuado puede haber curación, pero hay casos en los que se evidencia un reiterado retroceso, por no ser atendidos psiquiátricamente.
Como la acción de rechazo por parte de los pacientes es muy habitual, se ha llegado a debatir si el Síndrome de Diógenes es una enfermedad o simplemente un estilo de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no lo cataloga como una patología, y otros organismos insisten en que hay otras condiciones similares como silogomanía (acumulación obsesiva y compulsiva de objetos de valor), urraquismo (síndrome esquizofrénico por la recolección desmedida de objetos sin valor) o Síndrome de Miseria Senil, entre otros, que deben descartarse antes de diagnosticar el Síndrome de Diógenes.
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