La sangre es tan vital para los seres humanos como lo es el aire que se respira. Se puede vivir sin alguno de los órganos, pero no sin ella. La formación y maduración de sus componentes (glóbulos rojos y blancos, plaquetas), se da a través del sistema hematopoyético, un conjunto de órganos y tejidos encargados de su producción.
El sistema hematopoyético debe su nombre precisamente a su función principal: Hema = sangre, poyesis = fabricación. Su origen depende de la célula conocida como pluripotencial, que permite la generación de las diferentes líneas celulares, que incluyen la línea roja (eritrocitos), la línea blanca (células del sistema inmunológico) y las plaquetas.
En una persona adulta, el tejido hematopoyético pertenece a la médula ósea, donde ocurre la hematopoyesis, término con el que se denomina su proceso.
Fases del sistema hematopoyético
Cuando sucede la ontogénesis o desarrollo del nuevo ser en el útero, cambia la ubicación donde ocurre la hematopoyesis. Esto se debe a una anidación distinta del sistema hematopoyético. De este modo, se presentan tres fases secuenciales según su locación:
- Fase mesoblástica o megaloblastia: Fase inicial, justo entre el pedúnculo del tronco y saco vitelino. Ambos elementos constan de pocos milímetros de longitud. Ocurre durante la tercera semana de vida del embrión.
- Fase hepática: Cerca del tercer mes de vida del embrión, el hígado es diseminado por células madres provenientes del Saco Vitelino.
- Fase medular o mieloide: El bazo y la médula ósea del feto muestran presencia de células madres hepáticas.
Formación de la sangre
El líquido rojo formado por el sistema hematopoyético, es el encargado de transportar nutrientes, desde el intestino delgado a todas las células del cuerpo. También, oxígeno, dióxido de carbono y hormonas.
Compuesta por agua, sustancias orgánicas y sales minerales, la sangre contiene tres tipos de células: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Una gota puede contener cerca de 5 millones de glóbulos rojos, de 5.000 a 10.000 glóbulos blancos, y aproximadamente 250.000 plaquetas.
Un adulto tiene un promedio de cinco litros de sangre y una temperatura de 37 grados. Las células de la sangre se producen en la médula (parte esponjosa) de algunos huesos, específicamente en el esternón, el cráneo, las costillas, el hueso ilíaco y las terminaciones de los miembros superiores e inferiores de cada uno.
Precisamente en la médula ósea roja de los huesos conviven las células hematopoyéticas pluripotenciales, que generan todas las células de la sangre. Hasta que el individuo cumple los cinco años de edad, estas células son las responsables de los compuestos de la sangre en casi todo el armazón que nos sostiene.
Al alcanzar los 20 años, los glóbulos rojos, blancos y plaquetas se producen, sobre todo, por la médula de los huesos planos, a saber, vértebras, esternón y costillas.
Padecimientos del sistema hematopoyético
Las enfermedades del sistema hematopoyético son diversas. Sin embargo, entre las más conocidas se pueden mencionar el mieloma, hipoplasia, anemia, hemofilia y linfoma de Hodgkin.
Mieloma
Conocido también como mieloma múltiple, es un tipo de cáncer que inicia en las células del plasma, la fracción líquida de la sangre. Estas células pertenecen al sistema inmunológico, que provee de protección al cuerpo contra las bacterias y otras sustancias dañinas.
Al pasar el tiempo, las células del mieloma se aglomeran en la médula ósea y en los espacios sólidos del hueso. Se desconoce la causa del mieloma múltiple, pero es más frecuente en personas de la tercera edad y en afroamericanos. Aunque no se tiene certeza, es posible que sea hereditaria.
Hipoplasia
Cuando sucede una hipoplasia medular, el número de células productoras de células sanguíneas (glóbulos rojos, blancos y plaquetas) se reduce considerablemente impidiéndole al organismo mantener su propia autorreplicación. Eso agota progresivamente las células diferenciadas en el tejido de la médula, lo que ocasiona que la cavidad medular sea ocupada por tejido graso improductivo.
Anemias
La anemia es padecimiento provocado por la insuficiencia de glóbulos rojos, cuya tarea es suministrar oxígeno a los distintos tejidos corporales. Existen muchos tipos de anemia, no obstante, no se trata de una enfermedad, sino de un síntoma que puede ser causado por múltiples condiciones.
Hemofilia
Es un trastorno hemorrágico en el cual la sangre tarda mucho tiempo en coagularse. Se trata de un problema hemorrágico. Es necesario aclarar que quienes viven con hemofilia no sangran más rápido que otros, pero pueden sangrar durante más tiempo.
Su sangre no está compuesta por la cantidad suficiente de factor de coagulación, una proteína que controla el sangrado. Esta condición es poco frecuente, apenas 1 de cada 10.000 personas nace con ella, siendo el tipo más común hemofilia A.
Linfoma de Hodgkin
La enfermedad de Hodgkin es un tipo cáncer que se da en el sistema inmunológico, llamado sistema linfático. El primer síntoma de la enfermedad es un ganglio linfático que ha crecido. La enfermedad puede diseminarse a los ganglios cercanos, los pulmones, el hígado o la médula ósea. No se conocen causas.
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