Las técnicas de relajación están cada, cada vez, más difundidas como un valioso complemento de tratamientos médicos, ya sea en la salud física como mental. Paulatinamente la medicina tradicional occidental ha ido incorporando aspectos positivos de las prácticas médicas orientales, que le asignan a las técnicas de relajación un papel importante en el acompañamiento terapéutico de pacientes con distintas dolencias.
¿Qué son las técnicas de relajación?
El universo que contiene a las técnicas de relajación, es muy amplio, pero diremos de manera general que son todos aquellos métodos, prácticas y procedimientos que ayudan a una persona a reducir las tensiones físicas y mentales.
Los profesionales suelen recomendar el uso de técnicas de relajación en aquellos casos en que lo niveles de estrés, de tensión y emocional, complican la aplicación normal de las terapias dispuestas según la afección del paciente.
Ahora bien, veamos en términos clínicos de qué hablamos cuando nos referimos a la “relajación”. Cuando nuestro cuerpo comienza a relajarse, se producen cambios somáticos que refieren a: disminución del tono muscular, es decir que nuestros músculos abandonan la tensión para pasar a un estado de relajación; disminución de la actividad del Sistema Nervioso Simpático; aumento de la actividad del Sistema Nervioso Parasimpático; aumento de la liberación de endorfinas, que actúan como un opiáceo. A partir de estos cambios somáticos, se producen importantes cambios fisiológicos, promovidos por las técnicas de relajación: si medimos, mediante un EEG, nuestras ondas cerebrales veremos que estas pasan de Beta a Alfa; se produce un incremento de la circulación sanguínea, tanto la que circula en el cerebro como el total de sangre circulante; disminución de la tensión arterial; disminución de la frecuencia cardíaca; descenso del consumo metabólico de oxígeno y una disminución del cortisol y la prolactina.
Estos cambios somáticos y fisiológicos van a dar como resultado una serie de “síntomas” que van a ser la expresión de la relajación, esos síntomas podríamos describirlos como: respiración más rítmica, pausada y tranquila; distensión muscular; el ritmo cardíaco se vuelve más suave; los niveles de ansiedad se reducen; se produce una sensación de calor interno y a nivel cutáneo.
Las técnicas de relajación son aplicadas a numerosos cuadros clínicos, como auxilio de los tratamientos específicos, por ejemplo, en cuadros de crisis asmáticas, en procesos de hipertensión arterial, en dolencias producidas por contracturas musculares traumáticas, etc. También son muy utilizadas, las técnicas de relajación para reducir los cuadros de estrés, los ataques de ansiedad y de pánico, como control de emociones violentas como la ira.
La autohipnosis o autosugestión
Esta es una de las técnicas de relajación más difundidas y consiste en auto direccionar el subconsciente para lograr una determinada condición. Mediante esta técnica, se logra incorporar un determinado pensamiento o idea, mediante una repetición sistemática del mismo. Es un proceso de autoconvencimiento.
Cuando aplicamos la autosugestión, estamos reprogramando nuestro subconsciente, mediante frases positivas que ayudan a combatir estados de ánimo y sensaciones que nos afectan. La autosugestión, como una de las técnicas de relajación, está muy vinculada con la meditación.
Meditación
La meditación se encuentra entre las técnicas de relajación más conocidas. Numerosas creencias religiosas utilizan la meditación como forma de llegar a aquellos estados de conciencia que les permiten una mejor conexión con sus creencias.
¿En qué consiste la meditación? Aunque con diversos matices, conforme a las creencias religiosas que la aplican, la meditación conforma una serie de prácticas que tienen como objeto un esfuerzo interno por regular la mente. A través de la meditación se busca lograr una armonía energética, tranquilidad y estados de paz interior.
Desde las antiguas creencias paganas como el druidismo hasta el actual cristianismo, poseen prácticas de meditación. Desde el punto de vista de la psicología y la fisiología la meditación puede inducir a estado de conciencia alterados que pueden ser aplicados en la terapéutica de algunos trastornos como el estrés o los estados depresivos.
Existen técnicas de relajación que suelen estar acompañadas de movimientos físicos, como el tai chi chuan o ciertas formas de yoga. Su aplicación en procesos terapéuticos es recomendable si las condiciones físicas del paciente permiten la incorporación de esos ejercicios. Es importante señalar que las técnicas de relajación van incorporándose paulatinamente a un conjunto de actividades cada vez más amplias, sólo por mencionarlo, la Programación Neuro-Lingüística (PNL) apoya gran parte de sus trabajos en las técnicas de relajación.
Si bien el uso de técnicas de relajación no presenta mayores contraindicaciones, ciertos cambios fisiológicos que estas técnicas producen, deben ser monitoreadas por un profesional. No es conveniente, en determinadas afecciones, el uso de técnicas que afectan el ritmo cardíaco y aumentan los procesos circulatorios.
Las técnicas de relajación se han revelado como un excelente acompañamiento en determinados procesos terapéuticos, no son invasivos, no provocan adicción ni dependencia y aplicadas bajo la supervisión médica colaboran en mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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