La Terapia Familiar Sistémica es un enfoque terapéutico, aplicado en el tratamiento de todos aquellos trastornos que producen alteraciones en los estilos relacionales y patrones comunicacionales del sistema humano conocido como familia.
El basamento epistemológico de la Terapia Familiar Sistémica, consistió en refutar y dejar atrás el foco de atención de las teorías psicológicas tradicionales sugestionadas por el estudio del psiquismo de los sujetos, para centrarse en el sistema. Implica por tanto una nueva forma de ver el mundo y lo que sucede en él, a través de la integración del enfoque sistémico.
Conociendo que en todo sistema existe un conjunto de elementos en interacción constante, es importante precisar que lo que afecte a cada uno de estos elementos afectará el funcionamiento de todo el sistema. Igual ocurre con la familia, cuya formación atraviesa por varias fases iniciando, generalmente, por el noviazgo y el matrimonio. Posteriormente llegan los hijos, cuyo proceso evolutivo contempla las etapas de niñez, adolescencia, adultez y finalmente su emancipación, ocasionando lo que se denomina el síndrome del nido vacío. El paso de una fase a otra puede generar, y de hecho ocurre, crisis en la familia. Algunas son tan graves, que perturban a los miembros, y deterioran la dinámica y buen funcionamiento del hogar.
Para la Terapia Familiar Sistémica, la superación de tales crisis se logra modificando la estructura del sistema familiar, y no limitando la acción terapéutica a un individuo en particular, sino a todo el grupo puesto que allí se suscita la interacción y el problema.
La función de la Terapia Familiar Sistémica es brindar acompañamiento a las familias para encontrar alternativas a sus dificultades y nuevas formas de trabajar con ellas, asumiendo posturas diferentes para abordarlas.
Rol del terapeuta en la Terapia Familiar Sistémica
En la aplicación de la Terapia Familiar Sistémica, los terapeutas laboran con la finalidad de comprender las pautas de comportamiento, creencias y valores que se han desarrollado en la familia y en el contexto en el cual se desenvuelven, para poder conocer la influencia que tienen en ella y cómo afectan a alguno de sus miembros y, en consecuencia, a todo el grupo. De esta manera, el terapeuta ayuda a la familia a desarrollar nuevas percepciones y a ejecutar acciones para encarar las dificultades que estén enfrentando, hasta alanzar su superación y un cambio positivo en el sistema familiar.
Es muy importante en la Terapia Familiar Sistémica que la familia entienda cómo fue posible dicho cambio, porque esto le permitirá crear sus propios recursos para afrontar satisfactoriamente futuras dificultades, sin necesidad de intervención.
En este sentido, la Terapia Familiar Sistémica dota a la familia de herramientas útiles para tener una dinámica familiar caracterizada por adecuadas interacciones entre sus miembros, mediadas por una serie de normas, reglas, límites, jerarquías y roles, entre otros, que regulan la convivencia y permiten que el funcionamiento de la vida familiar se dé armónicamente, prevaleciendo la existencia de una comunicación efectiva, asertiva y directa, que genere una expresión clara de acuerdos y desacuerdos, y una coherencia entre lo verbal y no verbal, reinando la unión entre todos, aún en situaciones de discrepancia y tensión.
Técnicas de intervención DE LA Terapia Familiar Sistémica
Entre las técnicas de intervención de la Terapia Familiar Sistémica se destacan las siguientes:
La clarificación: Consiste en formular una pregunta a la familia para verificar que el terapeuta comprendió correctamente el mensaje que los miembros emitieron, ya que es necesario estar seguros y no hacer suposiciones o conclusiones equivocadas. Un ejemplo de la pregunta es ¿Lo que ustedes intentan decirme es qué…?
Elaboración de genograma: Mediante esta técnica se simboliza a la familia y las relaciones entre sus miembros, obteniéndose una representación visual de toda la información disponible, igualmente se identifican patrones de relaciones repetidos de generación en generación.
Preguntas circulares: Con esta técnica se hacen diversidad de preguntas a cada miembro familiar para que exprese sus percepciones y opiniones sobre las relaciones y las diferencias existentes entre los otros demás.
Escultura familiar: Es utilizada para obtener un diagnóstico de la situación y permite visualizar espacial y concretamente, las relaciones de la familia. Todos intervienen en la elaboración de la escultura, quedando simbolizada la posición emocional de cada miembro de la familia en relación a los otros.
Tareas directas y paradójicas: Son tareas para la casa, asignadas posterior a la formulación de la hipótesis sobre la dificultad presente en la familia. En la tarea se plantean cambios en la forma d interacción de las personas detectada, para intentar producir los cambios esperados.
Narración de cuentos metafóricos: Esta técnica se puede aplicar narrando un cuento para que el terapeuta pueda hacer su diagnóstico. El cuento seleccionado contiene cierta similitud con la problemática abordada y se narra no para analizarlo, sino para que quede como una inquietud que genere una reflexión en cada uno de los miembros.
Juego de los roles familiares: Consiste en solicitar a cada miembro del grupo familiar que desempeñe el rol de los demás recreando las escenas familiares cotidianas pero que son particularmente polémicas. De esta forma se imita la forma real en que se desempeñan los miembros de ese hogar.
Además de las citadas, la Terapia Familiar Sistémica aplica una gran cantidad de técnicas y métodos, respetando a la familia como un grupo, cuyos miembros tienen diferentes preferencias, intereses, temperamentos, formas de percibir el mundo, edades y roles, pero que permanecen siempre unidos por el afecto y el sentimiento de pertenencia. La finalidad no es otra que restaurar su estabilidad cuando se encuentra amenazada.
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