Existen tumores que a lo largo de la humanidad han desconcertado a los científicos, doctores y pacientes. Estos son los teratomas o tumores de origen embrionario. Ordinariamente emergen en los ovarios de las mujeres, en los testículos de hombres y niños y en zonas aledañas. Pueden ser benignos o malignos y requieren de atenciones muy cuidadosas.
La palabra teratoma viene del griego teras, teratos que significa pesadilla-monstruo, y oma que traduce tumor, hinchazón. El tumor en sí se conforma de elementos procedentes de las tres capas germinativas del embrión, estas son: El endodermo, el mesodermo y el ectodermo. Por esta razón, el teratoma contiene varios tipos de tejidos como pelo, músculos y huesos, que le da un aspecto de monstruo que impacta a todos.
TIPOS de Teratoma
Se conocen dos tipos importantes de teratomas:
- Teratoma maduro o benigno: Se descubre normalmente en mujeres fértiles, incluso en la adolescencia. Es conocido como quiste dermoide, debido a que su revestimiento es bastante parecido al de la piel. Constituye entre un 10 y un 20% de los diagnósticos de tumores en el ovario. Este tumor crece muy lentamente y su tamaño promedio oscila entre los 5 y los 15 cm. No obstante, se han extirpado teratomas de hasta 45 cm.
Se comportan de una forma unilateral predominando en el ovario derecho, pero 15% de los casos se han presentado bilateralmente, en ambos ovarios. De igual forma, se ha observado más de un quiste en el mismo ovario. Existen hechos aislados, en los adultos, donde el teratoma se ha localizado en áreas distintas a la zona reproductiva, como cráneo, mediastino, retroperitoneo, mesenterio y región sacrococcígea. - Teratoma inmaduro o maligno. Este tipo de tumor es poco frecuente pero muy cancerígeno. Es usual encontrarlo en niñas y jóvenes menores de 18 años, y mucho más en varones de 20 y 40 años. Esta clase de tumor presenta un aspecto sólido, combinado con tejidos embrionarios nuevos, como tejido conectivo, respiratorio y del cerebro, rara vez necrosado, es decir, muerto. Aunque sea pequeño el teratoma, si posee tejidos inmaduros es de suponerse su malignidad.
CAUSAS de los teratomas
El desarrollo defectuoso, en algún lugar del tejido embrionario, es la causa primordial de la formación de un teratoma. Los síntomas de su presencia son variados, ya que se manifiestan según su ubicación. En general aparece una protuberancia o hinchazón acompañada de dolor, pero pueden evidenciarse otros signos según el tipo de tumor.
- Teratoma ovárico maduro: Habitualmente no se tienen síntomas, aunque suele presentarse malestar en la pelvis, relaciones sexuales dolorosas, infertilidad y sangrado vaginal anormal.
- Teratoma testicular: Si es benigno no genera molestias. Si hay dolor en los testículos puede ser indicio de malignidad.
- Teratoma sacrococcígeo: Cuando se encuentra en el perineo provoca malestar al orinar o evacuar.
- Teratoma maduro del mediastino: Suele prensar órganos y perturbar su funcionamiento por estar localizado cerca del corazón y los pulmones. Ciertos bebés exhiben una neoplasia o tumor maligno, que se puede observar en una ecografía antes de su nacimiento.
DIAGNÓSTICO del Teratoma
El teratoma, normalmente, es difícil de palpar por vía abdominal. Es por ello que en reiteradas ocasiones su detección suele ser de manera accidental, bien en un examen rutinario o en una intervención quirúrgica, como por ejemplo una cesárea. Debido a esto, logran alcanzar grandes dimensiones ya que, en la mayoría de las circunstancias, el diagnóstico precoz no es posible.
Cabe destacar que una resonancia magnética de la pelvis puede ayudar, pero es necesario realizar primero un análisis de sangre para detectar la presencia de la hormona beta-hCG, la cual permite la confirmación de un embarazo.
Igualmente, mediante un eco abdominal o pelviano, se puede confirmar la implantación del teratoma en el ovario, donde se suele observar un tejido de un color más blanco. La apariencia ecográfica de estos tumores, como ya se mencionó, obedecerá al tamaño, disposición y acumulación de calcio que desplieguen, así como de la constitución de los tejidos que contenga.
Ahora bien, la única forma de ratificar el diagnóstico de malignidad de estos tumores es efectuando un análisis histológico, es decir, un estudio de los tejidos que lo componen, conocido comúnmente como biopsia.
Aunque se distinguen diferentes grados de malignidad en un tumor, es de reiterar que el diagnóstico final va a depender de las dimensiones que presente el teratoma, del sitio donde esté ubicado, de lo desarrollado que se encuentre, y de la edad del paciente.
TRATAMIENTO del Teratoma
En el caso de que el teratoma sea maligno y no se haya extendido más allá del ovario, el tratamiento de elección es la cirugía para la extirpación del propio ovario. Esta operación, en raras situaciones, requiere de la realización de quimioterapia o radioterapia.
Ahora, si los teratomas están maduros, la técnica menos invasiva que se emplea para extirparlo es la laparoscopia. Del mismo modo, en los teratomas inmaduros, es posible recurrir a una laparotomía a través del abdomen.
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