El valerato de betametasona entra en el grupo de los glucocorticoides ampliamente utilizados en el área médica por sus facultades como inmunosupresores y antiinflamatorios. Se emplea de forma especial en el campo de la dermatología y una de sus ventajas sobre otros fármacos similares es que no desencadena retención de líquido. Se encuentra en variadas presentaciones como ungüentos, cremas, aerosoles, geles y lociones, para el alivio de dermatitis, costras, hinchazón, eczemas, resequedad y enrojecimiento de la piel, entre otras.
Posología del Valerato de betametasona
La solución epidérmica se indica para afectaciones en la zona del cuero cabelludo, mientras que la crema se recomienda para afecciones exudativas. Antes de aplicar se lava el área a tratar y se extiende con suavidad, haciendo ligeros masajes para que el glucocorticoide penetre en la piel. Se unta dos veces durante el día.
Cuando la parte irritada es el cuero cabelludo, el primer paso es dividir la cabellera. Posteriormente se aplica una cantidad moderada y se frota con sutileza. Es fundamental evitar el rascado inmediatamente después de su empleo, debido a que el medicamento necesita secarse. El tratamiento con valerato de betametasona no tiene por qué alterar la regularidad con que el paciente lava su cabello.
Para colocar el spray hay que agitar bien el envase y rociar en la región comprometida conservando una distancia de seis pulgadas entre el aerosol y la piel. En caso de que necesite regarlo en el rostro, la persona debe cubrirse primero los ojos.
consideraciones sobre su uso
El valerato de betametasona constituye un tratamiento oportuno y efectivo en los padecimientos comunes que comprometen la salud de la piel. Sin embargo, es indispensable limitar su uso en la región de axilas y en los pliegues de la dermis.
Igualmente se desaconseja el empleo de productos cosméticos u otras cremas para el cuidado de la piel en la zona afectada.
A menos que el especialista refiera lo contrario, el paciente debe abstenerse de envolver o vendar la zona tras colocar el valerato de betametasona.
Para qué sirve el Valerato de betametasona
Los médicos suelen indicarlo para cuadros inflamatorios o prurito en adultos, niños mayores de un año y ancianos. También se suele aplicar valerato de betametasona para otro tipo de patologías o molestias, entre las que se puede mencionar:
- Lupus
- Sarpullido por altas temperaturas
- Picadura de bichos
- Reacción alérgica por contacto
- Inflamación por seborrea
- Dermatitis discoide
- Soriasis
- Dermatitis alérgica
Contraindicaciones
El uso de todo medicamento posee excepciones. En el caso del valerato de betametasona los cuadros clínicos en los cuales se prohíbe su empleo implican las infecciones cutáneas no tratadas, la picazón carente de hinchazón, y la comezón en la región de los genitales o el ano. Tampoco es aconsejable en situaciones de dermatitis oral, y en episodios de acné y rosácea.
Precauciones con el valerato de betametasona
- El paciente que esté siendo tratado con valerato de betametasona puede desarrollar reacciones alérgicas por contacto.
- No se recomienda su uso en áreas amplias de la piel o por mucho tiempo.
- El contacto del valerato de betametasona con la zona circundarte a los ojos puede ocasionar en glaucoma o cataratas.
- Cuando hay heridas que todavía no han cicatrizado, la aplicación de este fármaco puede resultar perjudicial.
- La utilización de medicamentos como el valerato de betametasona de uso tópico podría entorpecer el desarrollo óptimo en infantes. Aunado a ello, podría hacerlos susceptibles a padecimientos como la insuficiencia suprarrenal.
- En los pacientes pediátricos puede ocasionar hipercortisolismo conocido también como síndrome de Cushing. Esto sucede tras el empleo constante y en grandes porciones del tratamiento.
Efectos secundarios
Antes de empezar cualquier tratamiento es sumamente importante conocer cuáles reacciones pueden ocasionarle. En el caso del valerato de betametasona hay que considerar las siguientes:
- Urticaria, sarpullido, inflamación de rostro, lengua y labios
- Ardores persistentes en la dermis
- Aparición de manchas carmesíes en la dermis
- Cuadros infecciosos
- Problemas para que la piel se regenere o sane
- Aparición de ampolletas con pus de apariencia roja y que causan dolor a nivel del folículo piloso
- Delgadez de la dermis.
- Propensión a formar contusiones. De igual manera, se hace más propenso a tener quemaduras por la exposición al sol. En especial, a nivel del rostro.
Para alivio del paciente, existen ciertos efectos que sanan solos, por lo que resulta innecesario recurrir al médico, entre ellos resequedad en la dermis, e incremento del desprendimiento o enrojecimiento de la misma.
Síntomas como ardores, comezón o irritación tenue también pueden prescindir de una visita al especialista. Sin embargo, la persona debe estar atenta de que no persistan. En caso contrario se aconseja consultar con el médico de confianza.
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