Las varices o venas varicosas, son venas que se abultan a causa de una acumulación anormal de sangre, ocasionada por la debilidad, a veces heredada, de las paredes y válvulas de las venas superficiales. Esto es lo que hace que las venas se dilaten, especialmente si una persona permanece de pie demasiado tiempo.
Esta condición es más frecuente en las mujeres. Sin embargo, existen muchos hombres que pueden desarrollar varices. Se observa regularmente en las piernas, pero también puede afectar el esófago, la región anal y los testículos.
Venas y arterias
Como es conocido, las arterias se encargan de trasladar la sangre desde el corazón al resto del organismo, y las responsables de su retorno son las venas. Lo hacen gracias a su sistema de válvulas semilunares que, auxiliadas por dispositivos de bombeo muscular en las piernas, luchan contra la gravedad trasladando la sangre en dirección ascendente y centrípeta hasta el corazón.
Al igual que las arterias, las venas poseen tres capas en su estructura, con espesores diferentes. Sus paredes son más elásticas y no tan resistentes como las de las arterias, lo que brinda un menor aguante al paso de la sangre. Aunque puedan estirarse y ajustarse a los cambios de presión y al volumen de sangre que circula a través de ellas, hay casos en los que no toleran el bombeo y se agrandan formando las varices.
La aparición de varices también se explica resaltando que las venas poseen unas válvulas y bombas venosas que impiden el retorno sanguíneo hacia el pie, facilitando su ascenso. No obstante, si la vena está inflamada, las válvulas no cumplen su función y el flujo se invierte, provocando el aumento de la dilatación, y problemas como hinchazón de piernas, úlceras o flebitis, entre otros.
Tipos de varices
En general se pueden establecer dos tipos de varices:
- Varices superficiales: Son las más frecuentes. Se conocen como arañas vasculares y son visibles, de pequeño tamaño. No tienen mayor complicación patológica, su incidencia es principalmente estética.
- Varices tronculares: Son las varices propiamente dichas, presentan variados grados de dilatación, y pueden ser o no visibles. Se dice que aquejan a una de cada 10 personas. Suelen generar mucho dolor y se tratan, regularmente, con cirugía. En diagnósticos extremos pueden causar trombosis y hemorragias.
Síntomas de las Varices
Son muchos los síntomas de las varices, entre los más comunes se encuentran:
- Pesadez y dolor de piernas.
- Venas visibles e hinchadas.
- Venas pequeñas que pueden verse en la superficie de la piel.
- Calambres en muslos y pantorrillas, de ordinario en la noche.
- Picazón
- En etapas avanzadas pueden aparecer úlceras venosas, oscurecimiento de la piel o sangrado.
Factores de riesgo
- Nacer con válvulas defectuosas.
- Estar embarazada. El feto ejerce presión sobre las venas de las piernas. Cuando surgen por esta condición, mejoran y tienden a desaparecer entre 3 y 12 meses después del parto.
- A los 30 años comienzan a aparecer las várices y aumentan con la vejez. Las venas más antiguas, sometidas a la gravedad, están más proclives a enfermarse.
- Ser mujer. A presencia de hormonas, como la progesterona, produce dilatación de las venas favoreciendo la incapacidad valvular.
- Obesidad: Cuanto más gorda sea la persona, mayor es la presión sobre las venas.
- Estar de pie o sentado por largos períodos.
- Antecedentes familiares de várices.
- Raza: Se observa mayor frecuencia de aparición de varices en países nórdicos y centroeuropeos que en países mediterráneos. Se evidencian mayormente en individuos de raza blanca, y muy poco en personas de raza negra y asiática
Prevención de las Varices
Llevar un estilo de vida saludable, realizar ejercicio físico, evitar el sobrepeso y el sedentarismo, son acciones que contribuyen a disminuir las probabilidades de desarrollar varices.
Tratamiento de las Varices
El tratamiento farmacológico de las varices está enfocado a mejorar las molestias, y a evitar que el trastorno se incremente.
Las plantas medicinales con propiedades venotónicas también pueden ser una opción terapéutica a tener en cuenta
Para aliviar los síntomas, los expertos recomiendan una serie de medidas, entre ellas las siguientes:
- Utilizar medias de compresión; estas prendas ayudan a impulsar la sangre desde los capilares hasta el corazón, impidiendo que se produzcan estiramientos o heridas. Su uso está contraindicado en los meses de verano, ya que con temperaturas mayores a 25 grados empeoran los trastornos asociados al retorno venoso.
- Evitar la exposición al sol, tumbados y sin moverse, sobre todo durante horas de máximo calor.
- Aplicar duchas de agua fría en las piernas.
- Evitar permanecer de pie durante mucho tiempo.
- Aplicar geles de efecto frío con masajes suaves ascendentes.
- Tumbarse y elevar las piernas por encima de la altura del corazón, tras permanecer largos periodos sentados o de pie, y al dormir.
- Caminar por la playa y bañarse en ella de vez en cuando, ya que el agua fresca activa la circulación y mejora la sensación de piernas cansadas.
- Evitar el sobrepeso, la obesidad y la vida sedentaria.
- No usar ropa demasiado ceñida.
- Utilizar zapatos cómodos, evitando tacones altos y calzado plano.
- Hidratar la piel a diario.
- Usar protector solar todo el año. Esto ayuda a reducir la extravasación sanguínea.
Abordaje con cirugía
Esta opción va a depender del territorio venoso comprometido, ya sea el sistema venoso superficial, el profundo o el de venas perforantes. Cuando el cirujano interviene las varices, actúa sobre la enfermedad ya instaurada, sobre las varices que están causando problemas al paciente, pero el organismo puede seguir generando nuevas varices.
Los especialistas en Angiología y Cirugía Vascular son los capacitados para abordar de forma correcta el tratamiento de las varices. También pueden ser tratadas por un flebólogo.
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